martes, 29 de abril de 2014

Bienvenido a la nada.

Casi dos años después, así de pronto, voy y me acuerdo de esto. La continuidad no es mi fuerte... Soy una romántica del boli BIC, entre otras cosas.
Y ahora me siento aquí y pretendo contar algo impreciso. ¿De qué coño se supone que va esto? ¿Hablamos de sociopolítica? ¿Me invento un cuento? ¿Rescato recuerdos? ¿Finjo que sé escribir poesía?
No tengo ni idea, pero sigo aquí sentada tecleando. Como si en realidad hubiese algo que decir.
Llega Internet y todo es territorio donde crear un templo para mi ego. Saturar tu tiempo libre con mi cara un millón de veces y hablar sin hablar. No hay objetivo. Sólo porque puedo. Alguien me dijo muchas veces que las cosas cuya única razón es que podemos hacerlas son las cosas que no deberíamos hacer.
Estaría bien creer que intento aportar algo. Compartir. Probablemente podría convencerte de que va de eso. Pero sé que simplemente estoy aquí porque no me apetece ponerme a hacer algo productivo. Porque espero la gracia mística de las musas a base de perseverancia.
Soy yo mirándome el ombligo a través de ti, una vez más.
Y es todo mentira.

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